martes, 28 de octubre de 2014

LECCIONES

Cuando por casualidad leí en el facebook un comentario de Nico de Las Heras acerca de que había inscrito a sus hijas a un trail en Puebla de Lillo, no se me ocurrió otra cosa que lanzarme y preguntarle la edad de sus hijas. No conocía a Nico prácticamente de nada, y mucho menos a su familia. Al comentarme que las edades de sus hijas podían cuadrar con las de David y Sara, me tiré a la piscina y allí que montamos un plan para acudir como “equipín”.
Familia, deporte, amistad.....
Hay veces en que necesitamos un punto de iniciativa y de no pensar demasiado, para que la vida nos regale experiencias únicas y sin duda enriquecedoras. De completos desconocidos, pasamos a compartir y disfrutar una velada el viernes en la que ya vimos que son muchas las cosas que nuestras familias tienen en común, y sobre todo a vivir una jornada el sábado en el que los peques nos enseñaron como debería disfrutarse el deporte con mayúsculas.
Vale que yo siempre promulgue la idea de disfrutar de las competiciones sin falta de medir tu resultado por una clasificación, pero tal vez en el fondo lo hago porque se que nunca podré estar en lo alto de esa clasificación. Está claro que lo tengo asumido, interiorizado y que sinceramente disfruto con lo que hago sin importarme si gano a uno o a diez. Es más que posible que por eso esté disfrutando tanto con un deporte en el que la superación de uno mismo es la clave, en la que el mero hecho de ir cumpliendo retos provoca una satisfacción tal, que te hace olvidarte de clasificaciones o premios.
Así y todo, la lección de compañerismo, de disfrute, de equipo, de apoyo, de unión…y se me acaban las palabras, que nuestros peques nos dieron el sábado en el I Debra Trail, fue sencillamente para enmarcar y para, sin duda, guardar en nuestra memoria para esos momentos en los que no alcanzar un objetivo nos frustra impidiéndonos disfrutar de lo que estemos haciendo.
Pero vayamos a los detalles del fin de semana que merecen su espacio.
Salimos tarde para Lillo y ya de noche llegamos al polideportivo a recoger los dorsales. Momento para las presentaciones y los saludos. Los dorsales son solo para los niños, que en una original modalidad, correrán la nada despreciable distancia de 9Km (al final a mi me saldrían 9,7) y los adultos iremos de acompañantes.
De inicio pensamos en tratar de llevarlos juntos y calculamos que tardarán unas dos horas y media, es decir, lo que más repetíamos es “será como ir un día de monte”…..nada más lejos de la realidad como luego os contaré.
Del pabellón al hostal que Nico se encargó de gestionar y como tiros a la cena. Rica y abundante cena en la que tengo que desempolvar mis conocimientos de física y mecánica para ayudar con los deberes de la mayor del clan De Las Heras Iglesias. Tengo que reconocer que no dormiré tranquilo hasta saber si “hemos aprobado” je,je,je.
Tras un merecido chupito y una sobremesa de esas que no quieres que acaben nunca, a descansar.
David a lo suyo, disfrutando la carrera.

Por la mañana un caótico pero buen desayuno nos coloca ya en la salida. Los nervios de los peques son importantes, pero es que ya sabemos que colocarse un dorsal impone y más si estás entre los 8 y los 13 años.

Una vez que dan la salida, ya vemos que aquello de “un día de monte” no va a ser posible y los peques salen como balas. A pesar de que pensamos que no aguantarán, se empeñan en dejarnos mal y debemos ser nosotros quienes paremos a los más lanzados para tratar de seguir en grupo. Al llegar al primer avituallamiento, intentamos reagrupar un poco, pero ya dejamos a las mamis detrás con Cova y seguimos Nico y yo con los otros cuatro.


David anda como un tiro, y al entrar en un precioso fayeo se nos escapa un poco. Por dos veces lo paro para intentar ir juntos, pero después de hablarlo con Nico, decidimos que yo me vaya con él, y Nico se queda con las tres niñas.
Os juro que alcanzar al enano no fue tarea sencilla, ya que aunque lo tenía a tiro cada vez que me acercaba, él trotaba un poco en sitios en los que la pendiente a mi me decía que si trotaba ahí….podía quedar aún peor!.
Al final lo alcancé y juntos terminamos la subida, charlando y compartiendo jadeos, fue un momento de lo más bonito.
Bajamos con calma y al rato oímos a Sara que por detrás nos llamaba. Venía con Rocio y le dije a David que frenara para que nos alcanzaran, cosa que pasó justo antes del último avituallamiento. De ahí a meta, un fenomenal ritmo que marcaba David y que yo iba controlando para que la fatiga no pasara factura a ninguna de las dos chicas, ya que el enano tenía cuerda para mucho.
Esto se comenta solo no?.
La entrada en meta, apoteósica, ya a falta de 500m me preguntaban ¿nos cogemos de la mano ya?.. aún no….¿ahora?...es pronto ¿AHORA?.. tranquilos!!!!!  JOOO…¿AHOOORAAA??.... venga vah! ahora!!!!. Así entraron los tres de la mano, sintiéndose protagonistas y como dije, dándonos una lección de cómo deberíamos ver el deporte.
Al poco una excepcional Cayetana (la otra benjamina del grupo) llegaba de la mano de su padre y algo más tarde Covadonga y las mamis remataban un carrerón en el que disfrutamos de principio a fin.
Comida de grupo y vuelta a casa con la sensación de haber cargado de cosas buenas esa mochila que todos llevamos y que vamos llenando con las cosas que nos ocurren.

Al día siguiente, más deporte y más “éxitos”…..esta vez fue Leti la que con un tercer puesto en su categoría, con un muy buen tiempo, en el 10.000 de Luanco demuestra que está afinando de cara a la Behobia y que sin duda me va a hacer sudar tinta para poder cumplir como liebre y lograr hacer una buena carrera.
Probando con éxito nuevas cosas.

Como remate del finde, debuté en una carrera junto a Kona. Aunque no era un canicross en si, ya que ni la normativa era la del canicross ni sobre todo la distancia, corrimos juntos la Carrera con Perro del Asturcón y, a pesar de mi salida muy retrasada por el miedo al mogollón que se forma adelante, corrimos fenomenal y remontamos un montón de puestos. Al final casi un kilómetro y medio a un ritmo de 4:19 me dejan una enorme satisfacción, no solo por haber corrido muy a gusto y sin forzar mucho, sino por la sensación de hacer equipo con Kona y ver que disfruta corriendo.


En definitiva, un gran fin de semana que me ha dejado las baterías a tope, y sobre todo el ánimo arriba y muchas, muchísimas ganas de agarrarme al plan de entreno y seguir progresando hacia el objetivo perseguido.




4 comentarios:

  1. Menudo fin de semana jejejeje muy bueno, sigue así toro

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  2. juan jose gonzalez ramil29 de octubre de 2014, 9:34

    No te llega el fin de semana para tanta carrera.Te voy a solicitar que te lo aumenten en un dia.

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    1. Joer......pues a ver si alguién te escucha!!! je,je,je,je...


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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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